La malformación arteriovenosa cerebral es un trastorno que se caracteriza por producir una alteración en el sistema circulatorio y altera el funcionamiento de las venas y arterias del feto durante el embarazo.
¿Qué es la malformación arteriovenosa?
La malformación arteriovenosa es una patología en la cual las venas y las arterias del cerebro presentan anomalías. Este padecimiento se da en los bebés durante su desarrollo en el vientre materno. Es una afección congénita, que a medida que pasa el tiempo puede acarrear complicaiones y deterioro de salud de la persona que la padece.
Cuando existen problemas como la malformación arteriovenosa, la misma puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en la columna vertebral y en el cerebro.
Las arterias y venas están encargadas de transportar la sangre del corazón hasta el cerebro, la misma debe ser lo suficientemente abundante para oxigenar correctamente el cerebro y aquella que no sea de calidad retorna de nuevo a los pulmones y el corazón. Cuando hay algún tipo de cambio a alteración de este proceso, entonces las personas tienden a padecer una malformación arteriovenosa.
Es una enfermedad que suele ocurrir antes del nacimiento, pero también puede presentarse en cualquier momento o etapa de la vida. Es considerada una patología rara, que hasta ahora se desconoce que la produce. (Ver artículo: Hidrocefalia)
Causas
La malformación arteriovenosa es considerada una afección rara que hasta ahora no se ha podido conocer qué la origina. Se sabe que es una condición congénita. De acuerdo a las investigaciones realizadas por los expertos en la materia se considera que este padecimiento ocurre en la etapa donde comienza a formarse el embrión, las cuales se dan normalmente por algún tipo de alteración genética.
También se ha llegado a la conclusión de que en algunos pacientes la condición puede manifestarse por lesiones o daños del sistema nervioso central, los cuales ocurren en una etapa tardía. los científicos creen que también puede existir alteraciones vasculares provocadas por las estructuras químicas de ciertos factores angiogénicos. (Ver artículo: Cerebro)
Para que se cumpla el proceso de oxigenación de la sangre que llega al cerebro, las arteria desempeña un papel fundamental, ya que a través de ellas se empieza a producir un ciclo de bombeo de la sangre, la cual tiene que desplazarse por los vasos sanguíneos y a través de sus paredes enviar oxigeno a todo el tejido del cerebro.
Una vez que se cumple este ciclo, la sangre que no llega a oxigenarse retorna de nuevo a través de vasos sanguíneos de menor tamaño y luego a las venas, las cuales se encargan de drenar toda la sangre del cerebro para que vuelvan al corazón y también a los pulmones y de esta forma se produzca más oxígeno.
Cuando una persona padece de malformación arteriovenosa existe una discapacidad para que exista un correcto funcionamiento de esta red de venas y arterias, trayendo como consecuencia que la sangre pase de un solo golpe a través de las venas y de las arterias, sin cumplir con el ciclo que normalmente debe ocurrir y esto es lo que a la final desencadena el padecimiento.
Aneuirma cerebral
Los aneurismas son anomalías que pueden presentarse en cualquier parte del organismo y son producidas por problemas en las capas de las paredes arteriales. En ellas se presenta una dilatación que poco a poco van debilitando las paredes hasta llegar un punto en que las arterias se rompen con la grave consecuencias de ocasionar hemorragias internas, que de no ser atendidas a tiempo pueden desembocar hasta en la muerte de una persona.
Cuando este tipo de trastorno se presenta en las arterias del cerebro pueden representar un grave riesgo por ser asintomáticas en la gran mayoría de los casos. Estos trastornos se originan en una bifurcación de una arteria principal del cerebro y que provocan lesiones que pueden desembocar en hemorragias producto del desgaste y debilitamiento de la pared arterial.
Cuando ocurren las hemorragias intracraneales, las mismas suelen esparcirse con gran rapidez por distintas zonas del cráneo, ocasionando la muerte de células y neuronas, esto resulta sumamente peligroso, de ahí la importancia de atender el problema a la brevedad posible. Se pueden dar casos, donde los aneurismas lleguen a formarse en el cerebro, sin que ocurra la hemorragia, pero que si puede llegar a comprimir otras zonas del cerebro.
Consecuencias
La malformación arteriovenosa es una afección que puede tener graves consecuencias sí ocurre una hemorragia. Cuando el sangramiento se presenta provocando una expansión hacia distintas zonas del cerebro, entonces la persona estará en riesgo, inclusive, puede ser una causal de muerte.
Muchos de los pacientes que presentan esta patología no sufren de síntomas aparentes y para la medicina actual representa un reto, ya que es muy difícil predecir cuándo un paciente puede complicarse o sufrir una hemorragia de forma intempestiva. En estos casos, se requerirá que la persona sea sometida a supervisión y control constante por parte de un especialista.
Las hemorragias producidas por una malformación arteriovenosa son causantes del aumento de la presión arterial. En el caso de las mujeres embarazadas, se sabe que puede existir problemas relacionados con la tensión y que los mismos sea un detonante para que ocurra una hemorragia.
Las lesiones y daños que pueden producir una hemorragia van a estar determinados o acondicionados a lugar donde la misma se produzca. Se sabe, que cuando se produce un sangrado en la parte más profunda del cerebro, el padecimiento suele ser de mayor envergadura y afecta a la zona intracerebral y sí se da de forma más superficial, entonces afectará la zona subdural o también llamada subaracnoidea. Dependiendo del tipo de lesión, el médico tratante indicará cuál será el tratamiento más conveniente para el paciente.
Tipos de lesiones vasculares
Existen otros tipos de malformaciones arteriovenosas y las cuales se diferencia de esta, en que las mismas no se producen por un descontrol del flujo sanguíneo a través de las arterias y venas, sino que pasa todo lo contrario, la afluencia de sangre es menor. Las mismas suelen ser asíntomáticas y no representan tanto peligro como las que se dan por malformación arteriovenosa.
Entre las lesiones vasculares que se dan con mayor incidencia están:
Malformaciones venosas: Cuando ocurre esto, las venas pueden sufrir un crecimiento exagerado y las cuales se caracterizan porque no producen sangrado. Las mismas suelen no representan ningún peligro para el afectado y no generan ningún tipo de síntoma. Este tipo de malformación no evita que los vasos sanguíneos cumplan la función de drenar la sangre que no logro oxigenarse de los tejidos, regrese de nuevo a los pulmones y al corazón.
Malformaciones cavernosas: Son un tipo de padecimiento que sufren los pacientes donde los vasos sanguíneos presentan paredes extremadamente delgadas , las cuales pueden romperse con gran facilidad. Cuando esto pasa la sangre no fluye de la forma correcta y en muchos casos se presentan formaciones de coágulos. Dentro de los síntomas que provoca, está la presencia de convulsiones, pero normalmente la persona no experimenta otros cambios significativos en el organismo.
Telangiectasias capilares: La patología se presenta cuando los tubos capilares presentan una alteración de volumen. Estos tubos tienen como función transportar pequeñas cantidades de sangre a través de los vasos y lo hacen de forma lenta. Esto, a pesar de representar un problema, no genera en la persona mayores complicaciones , ya que sí se produce una hemorragia interna sería mínima y no invasiva. Los síntomas más frecuentes son migrañas y las convulsiones. (Ver artículo: Enfermedades del cerebro)
Malformaciones arteriovenosas piales: Se trata de malformaciones complejas que se dan en forma de ovillo, el cual puede ser producido por una aneurisma o microfístula. Es un tipo de trastorno que se presenta con mayor frecuencia en la población joven y que su principal síntoma es la presencia de una hemorragia o problemas de discapacidad motora.
Este tipo de malformación puede ser diagnosticada a través de una resonancia magnética, la cual puede calcular el tamaño del daño, así como su localización. El paciente deberá ser sometido a tratamiento lo más pronto posible para evitar futuras complicaciones ya que con el tiempo la patología puede llevar a agravarse.
Malformación arteriovenosa en niños
La malformación arteriovenosa en niños suele ocurrir con mucha frecuencia en niños y que tienen algún tipo de desorden o trastorno de los vasos sanguíneos del cerebro durante la etapa de gestación. Este tipo de patología puede padecerla niños o adolescentes.
Cuando los síntomas se manifiestan el niño puede sufrir nauseas y vómitos, fuertes dolor de cabeza, ataques epilépticos hasta desembocar en una hemorragia cerebral. Ya esto puede ser considerado una emergencia médica y el niño debe ser trasladado lo antes posible para ser tratado por el especialista en la materia, quién someterá al paciente a una serie de exámenes y estudios para dar con el diagnóstico lo antes posible.
Una vez realizadas las evaluaciones y ya se sabe que le niño tiene este padecimiento lo más recomendable es que el mismo sea tratado lo antes posible para evitar consecuencias y complicaciones como una hemorragia cerebral, la cual puede producir daños irreversibles o incluso la muerte. (Ver artículo: Enfermedades del cerebro degenerativas)
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo para padecer esta patología está que la persona cuente con familiares que tengan este tipo de padecimiento o cualquier otro que esté estrechamente relacionado a esta enfermedad. Otro posible factor de riesgo es que la persona sea del sexo masculino, ya que se ha podido demostrar que la afección suele ocurrir más en hombres que en mujeres.
Síntomas
La malformación arteriovenosa no suele ser sintomática. Es un padecimiento hasta cierto punto silencioso pero que reviste mucho peligro ya que puede desencadenar la muerte. La mayoría de las personas afectadas con esta enfermedad desconocen su existencia hasta que comienzas a aparecer algunas señales características del padecimiento.
Los síntomas más frecuentes de una malformación arteriovenosa es migraña, acompañada con convulsiones, las cuales alteran el estado de conciencia de la persona y suele haber pérdida del equilibrio y el movimiento, también puede haber la sensación de entumecimiento de los músculos del cuero.
Cuando la enfermedad muestra los síntomas, ya puede considerarse que está en una fase más delicada, el afectado comienza a experimentar cambios neurológicos más agudos como fuerte dolores de cabeza, la persona comienza a padecer de problemas visuales, puede llegar a la parálisis, hay pérdida del habla y lapsos de la pérdida de la conciencia, alucinaciones y hasta demencia.
La malformación arteriovenosa es una patología que reviste peligro ya que no muestra ningún tipo de síntomas en las primeras fases de la enfermedad y en la mayoría de los pacientes que la padecen, los mismos se presentan sólo con el paso de los años. La edad en que empieza a ser más notorio su padecimiento es a partir de los 20 años, pero con los años, es probable que los síntomas se hagan menos evidentes.
Aneurisma de la vena de Galeno
La aneurisma de la vena de Galeno es un tipo de malformación arteriovenosa cerebral. Puede presentarse durante la gestación materna o después del nacimiento del niño.
Es una patología considerada de suma gravedad, que afecta o daña una importante vena del cerebro que se encuentra ubicada en una zona bastante profunda y que causa el deterioro de los vasos sanguíneos. Cuando esto ocurre, el afectado comienza a padecer una serie de trastornos severos como retardo mental y macrocefalia.
Se trata de conexiones arteriovenosas que se adquieren a través del tentorio y las cuales causan daño a la zona donde se encuentran los senos venosos. No son consideradas congénitas y donde se cree que son el resultado de algún tipo de traumatismo o que haya sido producto de una infección. También pueden ser el resultado de enfermedades vasculares.
Los síntomas que presenta este trastorno varían de acuerdo a la edad del paciente. Sin embargo, suele ser muy frecuentes en los niños recién nacidos, presentándose con menos incidencia en la población adulta o en los niños con más edad. Es una patología que requerirá de tratamiento no invasivo cuando el padecimiento no sea tan grave, hasta una intervención quirúrgica y esto dependerá de cómo se presente cada caso en particular.
Diagnóstico
La malformación arteriovascular puede ser detectada llevando a cabo una serie estudios realizados a los pacientes basados en imágenes y otros tipos de procedimientos que gracias a los avances tecnológicos se pueden aplicar en la actualidad.
Uno de ellos es el conocido como angiografía y el cual permite ver a través de imágenes como están los vasos sanguíneos. Para ello, se coloca en la arteria del paciente un líquido al cual se le llama Agente de Constraste y con ello ver donde se han producido las daños vasculares.
Otra forma de diagnosticar la enfermedad es a través de la tomografía axial computarizada, con ellas se hacen cortes trasversales del cerebro para comprobar sí existen hemorragias internas. (Ver artículo: Tipos de enfermedades del cerebro)
Tratamiento
La malformación arteriovenosa puede ser controlada con el uso de ciertos medicamentos o fármacos. En el caso de los pacientes que presentan convulsiones deberán ser indicados anticonvulisonantes los cuales serán prescritos por un médico especialista en el área. También el uso de analgésicos para los dolores de cabezas y otros síntomas recurrentes de la enfermedad.
Otro tipo de tratamiento que puede ser utilizado para combatir los síntomas del padecimiento es lo que se conoce con el nombre de Embolización, el cual es un procedimiento donde a la persona se le coloca una inyección con un líquido llamado Onyx y con él, evitar que haya una aneurisma y que la misma ponga en riesgo la vida del paciente.
Otros de los métodos comúnmente empleados es el conocido como radiocirugía estéreo táctica, la cual consiste en colocar radiación en la zona donde existe el problema y de esta manera eliminar la patología.
A parte de los tratamientos ya señalados está el de la práctica de una cirugía, sin embargo, la misma acarrea ciertos riesgos. Para que una cirugía de este tipo sea llevada a cabo se tomará en cuenta la gravedad de la enfermedad.
Cuando la malformación arterirovenosa representa un peligro para el paciente, ya que puede producirse una hemorragia y que esta cause problemas neurológicos que vayan en detrimento de la salud o inclusive, la muerte, lo más recomendable es acudir a una cirugía.
Cuando se opta por tratamientos menos invasivos o de menos peligro como la radiocirugía o la embolización, los resultados puede que no contribuyan a resolver el problema de raíz y la persona continúe con la sintomatología. (Ver artículo: Enfermedad cerebrovascular hemorrágica)
Complicaciones
La malformación arteriovenosa aunque a principio se caracteriza por ser silenciosa, a la larga, puede generar una serie de complicaciones que pueden poner en peligro la vida del afectado. Existen una gran cantidad de riesgos, entre los cuales destacan:
Vasos sanguíneos frágiles: Uno de los riesgos de de la malformación arteriovenosa es que los vasos sanguíneos se vuelven frágiles por su extrema delgadez, esto hace que las paredes se deformen un se cree un aneurisma, las cuales normalmente tiende a romperse.
Entumecimiento y hormigueo: La persona comienza a padecer una sensación de hormigueo en todo el cuerpo y pérdida de sensibilidad.
Hemorragia cerebral: La hemorragia cerebral puede llegar a producirse cuando las venas y las arterias están extremadamente delgadas y frágiles. Cuando la hemorragia se produce de forma casi imperceptible no se presentan síntomas aparentes y los daños o lesiones causados a los tejidos no son realmente significativos, pero cuando la hemorragia se produce ne mayor intensidad, entonces si puede haber daño en el sistema nervioso central.
Reducción de oxígeno cerebral: Cuando existe una malformación arteriovenosa la sangre pasa por los capilares venosos pero de forma rápida y esto hace que el tejido cerebral no absorba el oxigeno de la sangre. Esto hace que el tejido se debilite y vaya muriendo de forma progresiva. Esto trae como consecuencia que el paciente comience a manifestar una serie de síntomas los cuales son el producto del daño cerebral.
Daño cerebral: El mismo se produce por una compresión de algunas zonas del cerebro. impidiendo que los fluidos circulen libremente hacia los distintos hemisferios cerebrales y cuando el líquido se queda estancado, el mismo puede empujar el tejido cerebral y provocar lo que se conoce con el nombre de hidrocefalia.
Hidrocefalia: Este trastorno se presenta cunado una gran cantidad de líquido se queda atrapado dentro del cerebro, trayendo como consecuencia que se produzca una hinchazón. Los síntomas más recurrentes de esta patología van a depender de la persona y hasta que punto se encuentra comprometido todo el tejido cerebral. Los síntomas más recurrentes son irritabilidad, cansancio, somnolencia, nauseas, vómitos,mirada extraviada, convulsiones, etc.
Recomendaciones
En cuanto a las recomendaciones que se deben tener en cuenta cuando se padece de una deformación arterivenosa está cómo debe ser abordada la enfermedad, así como el tratamiento que se implementará dependiendo de cada caso en particular. Siempre se debe tener presente que existen factores de riesgo relacionados con la historia personal de cada paciente y donde deben establecerse criterios como la edad, gravedad de la lesión, entre otros.
Cuando se ha decidido que lo más idóneo es realizar un tratamiento que no resulte invasivo para el paciente, el mismo debe brindar la garantía que la enfermedad va a desaparecer y por ende la sintomatología. Pero cuando el daño es mayor, este tipo de tratamiento no resulta eficaz, por lo tanto, lo más recomendable es optar por la cirugía.
La única vía en los casos que revisten más peligro, es realizar la intervención quirúrgica, aunque la misma tampoco garantiza un cien por ciento de efectividad. Se puede dar el caso que la persona vuelva a padecer lesión sí durante la operación quedan restos de los vasos aferentes, los cuales se pueden volver a reproducir y aparecer de nuevo el padecimiento.
Cuando se está en presencia de una malformación arteriovenosa, que produce síntomas y que se considera que puede representar un peligro para la persona afectada, lo más recomendable es llevar a cabo la terapia alternativa y que no resulte invasiva. Las terapias que se aplican en la actualidad es la radiocirugía y la neurocirugía endovascular. (Ver artículo: Clasificación del accidente cerebrovascular)
Aneurisma cerebral sacular
La aneurisma cerebral se produce cuando un vaso sanguíneo ubicado en el cerebro sufre un malformación, que puede llegar a romperse y provocar una hemorragia intracraneal. Cuando esto sucede la persona puede tener un accidente cerebral hemorrágico.
Cuando una persona padece de malformación arteriovenosa, esto puede desencadenar en una aneurisma ya que producto de la conexión anormal existente entre las venas y las arterias, el cerebro no recibe de manera adecuada el flujo sanguíneo, lo cual, a la larga, puede provocar este tipo de lesión.
Entre los tipos de aneurismas conocidos está el denominado secular y que está considerado como uno de los más difíciles de tratar, ya que presenta una serie de características que resultan muy particulares.
Un aneurisma sacular se caracteriza por la formación de un tumor que ocurre dentro de una pared arterial o de una vena dentro del cuerpo. Este tipo de aneurisma se cree que tiene que ver con una enfermedad conocida como arteroesclerosis.
Los aneurismas saculares representan un grave peligro para las personas que lo padecen ya que normalmente tiende a desarrollarse y a cambiar de tamaño de forma progresiva causando presión en la zona afectada, lo que puede desencadenar una posible ruptura de la arteria que ocasione una hemorragia y cuando esto pasa ya puede ser considerada como una emergencia médica que hay que atender a la brevedad posible.
Entre los aneurismas saculares del cerebro está el llamado aneurisma de baya que ocurre se caracteriza por ser muy pequeño y que se produce en una región del cerebro conocida como Círculo de Willis.
También están los llamados aneurismas arteriovenosos, los cuales se producen por la comunicación anormal entre una vena y una arteria, pero de forma desordenada, ya que la sangre no fluye de manera natural, sino que va directamente a una vea o arteria vecina y esto a la final es lo que produce la patología.
Estudios e investigaciones recientes
De acuerdo a las investigaciones recientes se han elaborado muchas hipótesis para dar con el origen de esta enfermedad, sin embargo son muchas la interrogantes que todavía se plantean los especialistas en la materia ya que hasta la fecha no se tiene claro cual es el factor desencadenante de la misma.
Se cree que un factor que podría ser determinante está asociado a la herencia familiar, así como a los diferentes cambios que sufre el individuo a medida que va creciendo. En la actualidad se siguen implementando nuevas técnicas que contribuyan a aliviar las diversas sintomatologías que sufren los personas víctimas de esta dolencia.
Entre las técnicas que actualmente se están utilizando está el estudio radiológico a través de imágenes, pero que todavía se encuentra en una fase experimental. También se tiene previsto el implementar intervenciones quirúrgicas, que no sean invasivas y que no representen un peligro para el paciente.
Otros de los posibles avances en esta materia está la implementación de micro-cámaras, que junto a las angiografías sirvan para realizar terapias quirúrgicas a los pacientes y que en esta forma, las mismas coadyuven en lograr una mejoría de los síntomas. Por otra parte, a través de los avances en la medicina actual, se están empleando equipos de última generación para estudiar el comportamiento del cerebro a través de la luz.
Es un método innovador, que representa un avance de la medicina actual y el cual le facilitará el trabajo a los médicos y especialistas, quienes donde tendrán la oportunidad de atacar este padecimiento, que cada día se hace más recurrente en todo el mundo. (Ver artículo: Accidente cerebrovascular leve)