Toxoplasmosis ocular: qué es, síntomas, tratamientos y más

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Existen muchas enfermedades que pueden ser producidas por parásitos y bacterias. Entre las enfermedades oculares o de los ojos se encuentra la toxoplasmosis ocular, de la cual se hablará a detalle a lo largo de este artículo.

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¿Qué es la toxoplasmosis ocular?

La toxoplasmosis es una enfermedad de carácter infeccioso, que es causado por una bacteria o parásito conocido como Toxoplasma gondii. el cual es un parásito intracelular que puede habitar como huésped temporal en el organismo de una persona, generando distintos tipos de reacciones, como por ejemplo esta enfermedad. Cuando se habla de toxoplasmosis ocular, es debido a que la bacteria afectado directamente a los globos oculares, causando problemas en la retina y en la coroides, donde suele enquistarse y provocar inflamaciones.

Esta enfermedad es una de las primeras causas por las cuales se produce uveítis posterior en los individuos, ya que la toxoplasmosis ocular afecta directamente a las capas internas de los globos oculares, causando así la inflamación de la úvea lo cual no solo puede generar uveítis posterior, sino también retinocoroiditis, entre otras enfermedades. De este modo, se puede decir que la toxoplasmosis es una de las enfermedades por las cuales las personas se encuentran en mayor peligro de padecer ceguera total, por lo que se debe tener extremo cuidado.

De igual forma, la toxoplasmosis no solo se presenta de manera ocular, sino que puede atacar distintas partes del cuerpo, según en donde se desarrollen los parásitos. Las formas más comunes de toxoplasmosis son el cerebro, los ojos y los ganglios linfáticos, pero eso no significa que otras partes del cuerpo no se encuentran en peligro de ser víctimas de esta enfermedad. (ver artículo: enfermedades del cerebro).

Por lo general esta parásito se aloja y se transmite entre animales de sangre caliente, como tigres, gatos, perros y humanos, y la manera en la que se transmite puede ir desde algo tan elaborado como que una madre se lo transmita a su hijo en el vientre hasta algo sumamente básico como ingerir alimentos contaminados con los quistes de la bacteria.

Esta es una enfermedad que se puede presentar a cualquier edad del ciclo de vida de un individuo, sin embargo, la mayoría de los casos siempre se encuentran entre los 15 y los 45 años de edad, por lo que este período de tiempo es durante el cual la persona corre mayores riesgos de padecer de toxoplasmosis ocular, a menos que la misma sea congénita, caso en el cual los recién nacidos son los que se encuentran en riesgo de ser los enfermos.

 

Tipos de toxoplasmosis ocular

Existen distintos tipos o categorías de esta enfermedad, de acuerdo a la manera en la que se presente la misma. De esta forma, las clasificaciones de la toxoplasmosis ocular son las siguientes:

Toxoplasmosis congénita

Se produce cuando la madre le transmite el virus o el parásito a su hijo a través del feto, debido a que fue contagiada antes o durante el embarazo. Si la madre padece la enfermedad durante el primer trimestre del embarazo, las probabilidades de que el feto padezca la enfermedad no son altas, pero si esto sucede durante el tercer semestre, es prácticamente seguro que el bebé nacerá padeciendo toxoplasmosis ocular.

Cuando esto sucede, los síntomas no suelen presentarse inmediatamente después del nacimiento sino que pueden ir apareciendo de manera gradual, por lo que los médicos suelen administrar antibióticos durante el primer año de vida del bebé para evitar que la enfermedad se agrave. Este tipo de toxoplasmosis suele ser bilateral, es decir, afecta a ambos ojos, y suele traer complicaciones relacionadas con el cerebro tales como microcefalia, hidrocefalia, calcificaciones cerebrales, convulsiones, entre otras.

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Toxoplasmosis recurrente

Sucede cuando una persona que padeció de esta enfermedad cuando era un infante se ve víctima de ella nuevamente en sus etapas adultas de vida. Suele presentarse como retinitis a raíz de una cicatriz coriorretiniana que produjo la primera infección, y en la mayoría de los casos suele ser unilateral, es decir, afecta a un solo ojo, aún cuando las cicatrices coriorretinianas se pueden encontrar en ambos ojos.

Una de las razones por las cuales se presenta este tipo de toxoplasmosis ocular es debido a que luego del primer padecimiento de la enfermedad, la personas quedó con las defensas inmunológicas bajas, lo cual lo volvió más sensible a volver a padecer la enfermedad.

Toxoplasmosis adquirida

Puede sucederle a una persona a cualquier edad, y es cuando adquiere la enfermedad por primera vez debido a vías externas, es decir, no es congénita la infección. Las personas son más susceptibles a contraer la enfermedad de esta manera cuando se encuentran en zonas donde varios individuos padecen la enfermedad, y también cuando sus sistemas inmunológicos son débiles, sea la razón que sea.

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Toxoplasmosis relacionada con el SIDA

Cuando una persona padece de SIDA, todo su sistema inmunológico disminuye considerablemente, lo cual lo vuelve propenso a contraer distintas enfermedades, entre las cuales se vuelve común la toxoplasmosis ocular. Cuando una persona presenta toxoplasmosis debido al SIDA, esta puede ser unilateral, bilateral o multifocal, y en muchos casos se ha comprobado que no solo afecta la retina, sino que la bacteria se aloja también en el humor vítreo y el iris, ocasionando muchos más problemas oculares.

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Toxoplasmosis relacionada con tratamientos de corticoides o inmunosupresores

Estos medicamentos, al igual que el SIDA, debilitan el sistema inmunológico, lo que causa que para la bacteria sea mucho más fácil invadir el cuerpo humano y crecer en el organismo. Este tipo de toxoplasmosis le puede ocurrir a una persona a cualquier edad, luego de verse sometido a un tratamiento prolongado de este tipo de medicamentos. Es por esto que se debe tomar en consideración las posibles consecuencias antes de tomar el medicamento, y calibrar si vale la pena exponerse a ese riesgo.

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Síntomas de la toxoplasmosis ocular

La enfermedad tiene distinta maneras de presentarse, en las cuales algunas veces si se observan síntomas mientras otras son totalmente asintomáticas. Cuando se observan síntomas en la personas se vuelve mucho más fácil diagnosticarla y tratarla a tiempo, las complicaciones se generan cuando el individuo no presenta ningún tipo de síntoma, por lo que no tiene forma de saber si padece la enfermedad.

De esta manera, los síntomas más comunes que suelen presentar las personas que padecen de esta enfermedad son los siguientes:

  • Visión distorsionada o borrosa, o disminución de la agudeza visual.
  • Parálisis de uno de los lados del cuerpo de manera temporal, conocido como hemiplejia.
  • Dificultades en el caminar y el equilibrio.
  • Dolor de los globos oculares.
  • Aumento de la presión intraocular.
  • Hipersensibilidad a la luz, también denominado fotofobia.
  • Enrojecimiento de los ojos.
  • Presencia de ceguera parcial, es decir, solo en una zona del campo visual se encuentra una mancha oscura que no permite tener una visión óptima.

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Diagnóstico de la toxoplasmosis ocular

Para realizar un diagnóstico efectivo de esta enfermedad se deben realizar una serie de exámenes y pruebas que no solo precisan de la zona ocular, de manera que se pueda determinar de manera completa cual es el estadio o la fase de la enfermedad y que tan arraigadas se encuentran las bacterias en el organismo humano. De esta forma, los exámenes que se llevan a cabo para diagnosticar la toxoplasmosis ocular son los siguientes:

Examen del fondo del ojo

Este es un examen bastante común y sencillo para los oftalmólogos, el cual suele ser utilizado para diagnosticar una gran variedad de enfermedades, entre las cuales se puede mencionar la retinopatía, el glaucoma, y evidentemente, la toxoplasmosis.

Para realizar este examen el paciente y el doctor son trasladados a una habitación oscura, en la cual el médico coloca un haz de luz proyectando directamente a través de la pupila, lo cual le permitirá visualizar toda la parte trasera e interna del área ocular. Para realizar esto, luego del haz de luz, coloca a la persona ante un oftalmoscopio, de manera que el especialista pueda ser capaz de examinar todo el ojo de manera detallada y establecer un diagnóstico certero.

Es importante resaltar que para la realización de este examen se colocan gotas de colirio en el ojo a examinar, de manera que la pupila se encuentre dilatada durante la evaluación y el médico pueda examinar mejor la parte posterior de los globos oculares. Por lo general toda la realización del examen, desde que se colocan las gotas de colirio hasta la finalización del mismo suele tardar entre media y una hora, y no genera ningún tipo de consecuencias adversas.

Prueba IgM y la IgG

Estas son pruebas de sangre que se realizan para medir los niveles de inmunoglobulina, es decir, medir que tan altos o bajos se encuentran los anticuerpos o las defensas del cuerpo para ver si son capaces de actúar en contra del parásito de la enfermedad.

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Existen distintos tipos de inmunoglobulina, los cuales cumplen diferentes funciones, pero para atacar esta enfermedad solo son relevantes la inmunoglobulina M, la cual es el primer anticuerpo que produce el cuerpo para protegerse ante una infección y se encuentra en la sangre y el líquido linfático, y la inmunoglobulina G, la cual protege en contra de bacterias y cuerpos virales y es la que se encuentra de manera más abundante en la sangre.

Para realizar estas pruebas de análisis de sangre, por lo general no se necesita preparación previa a la extracción de la sangre, y la misma se realiza a través de la vena con una aguja. Una vez extraída la sangre, la persona debe esperar a que el análisis sea realizado para posteriormente mostrarle los resultados a su médico y que el determine que tan óptimos se encuentran los niveles de inmunoglobulina en la sangre para defender al organismo de la bacteria presente.

 

Prueba PCR

Las mismas se realizan para detectar y confirmar la presencia del parásito en la sangre de la persona, a través de los genes. La recogida de la muestra se puede realizar de distintas maneras, de acuerdo a la que el médico considere más conveniente; puede ser mediante una muestra de orina, una biopsia cutánea, un esputo o una muestra de sangre.

Una vez recogida la muestra mediante el método más conveniente, se envía a los laboratorios para que realicen los análisis respectivos, que permitan determinar de manera definitiva si hay o no presencia del parásito en el organismo de la persona. Esta es una prueba que no presenta mayores riesgos para la persona ni consecuencias negativas, siendo así la mayor complicación el hecho de que ocurra una equivocación en el laboratorio y los resultados arrojados sean falsos, pero esto casi nunca ocurre.

Una vez realizadas estas tres pruebas y analizados los resultados por el o los médicos encargados del caso, se puede establecer un diagnóstico bastante preciso que le permita a los proveedores de atención médica determinar cual sería el tratamiento más adecuado para curar y desparasitar a la persona, de manera que las consecuencias de la enfermedad no se agrave y la persona no tenga que sufrir más debido a ella.

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Por lo general luego de realizar estas pruebas no se vuelve necesaria ninguna adicional, ya que ellas permitan abarcar todos los aspectos que implica la toxoplasmosis ocular. No obstante, si el médico considera necesaria alguna otra se encuentra en todo su derecho de solicitarla, ya que las nuevas opiniones o análisis nunca se encuentran de más.

Tratamiento de la toxoplasmosis ocular

El tratamiento que va a ser utilizado para combatir a esta enfermedad es sumamente personalizado, de acuerdo a las características que presenta cada persona respecto a es ta afección. De este modo, el tratamiento dependerá de la ubicación de la infección, la gravedad de la inflamación, el peligro en el que se encuentra la visión, cual es el estado del ojo y los niveles inmunológicos de la persona.

De esta manera, para atacar los parásitos se suele recetar el uso de antibióticos que los ataquen de manera directa, y los antobióticos más recomendados suelen ser pirimetamina y sulfadoxina, debido a que su eficacia en contra de la bacteria toxoplasma gondii ha sido comprobada médicamente. El tiempo estimado durante el cual se debe aplicar el tratamiento varía de 6 a 12 semanas, sin embargo todo dependerá de cada caso y la manera en la que el médico vea como va progresando la enfermedad de la persona.

 

También se suele recetar el ácido fonílico para que acompañe y potencie la acción de los antibióticos, de manera que los mismos actúen de manera más eficaz y se reduzca el tiempo de curación, para así también reducir el riesgo a las posibles consecuencias de la enfermedad.

Cuando el ojo se encuentra en un estado muy inflamado, también se receta la utilización de un corticoide conocido como prenidsolona, que permite tanto reducir la inflamación del ojo como aliviar el dolor que se puedan sentir en el mismo. Sin embargo se debe tomar en cuenta el estado del organismo de la persona antes de aplicar este tipo de medicamentos, ya que puede tener fuertes efectos secundarios si no es administrado bajo condiciones óptimas para su uso.

Cuando hay presencia de quistes debido al parásito, ninguno de los tratamientos anteriores suele funcionar en contra de ellos, por lo que además de todo lo ya mencionado, se deben agregar medicamentos  con hidroxinaftoquinona o atovacuona y azitromicina, ya que ellos ayudan a disminuir los quistes de manera considerable e inclusive a hacerlos desaparecer si los mismos no han crecido exageradamente.

De igual manera, cuando la enfermedad ha avanzado de manera considerable y la retina se ve sumamente afectada, se debe considerar como una afección a parte y tratarla de manera delicada, ya que esto puede traer consecuencias mayores, como por ejemplo el desprendimiento de retina.

En algunos casos, las personas se deben ver sometidas a tratamientos y terapias de por vida para mantener controlada la enfermedad. Esto suele suceder cuando el individuo cuenta con defensas inmunológicas sumamente bajas, por lo que el tratamiento se ve orientado a medicamentos que suplan a estas defensas y protejan al organismo de agentes externos que son tóxicos y perjudiciales para el mismo.

 

Pronóstico de la toxoplasmosis ocular

Al igual que el tratamiento, el pronóstico de esta enfermedad es muy variante y personalizado, y depende de muchos factores a los cuales se ve sometida la persona. De esta manera, una persona puede verse completamente curado de la enfermedad, mientras otra puede padecer de ceguera total y permanente debido a que fue víctima de la toxoplasmosis ocular.

Cuando una persona es diagnosticada a tiempo y cuenta con un sistema inmunológico competente, el pronóstico suele ser bastante favorable. Si el tratamiento que se le aplica es el adecuado, por lo general a los 4 meses ya se encuentra completamente curado de la enfermedad, y tiene una baja probabilidad de reincidencia, siempre y cuando no se vuelva a ver expuesto a la bacteria. De igual forma cuando la toxoplasmosis es congénita, los tratamientos suelen ser favorables, ya que se aplican desde el primer día de nacimiento del bebé.

Por otro lado, cuando la presencia de la enfermedad es asintomática y la persona no cuenta con un diagnóstico temprano, es muy difícil que el pronóstico de esa persona sea positivo. Cuando esto sucede por lo general los daños que causa el parásito en la retina son tan irreparables que la persona pierde la visión, sin importar que tan efectivo sea el tratamiento, y a lo único a lo que puede aspirar la persona es a expulsar a la bacteria de su cuerpo.

De igual manera, cuando la enfermedad se produce debido a un sistema inmunológico con las defensas bajas, las personas tienen altas probabilidades de padecer la enfermedad durante períodos muy prolongados de tiempo o de reincidir en ella durante varias oportunidades, por lo que se ven obligadas a someterse a tratamientos o terapias de por vida que si bien pueden resultar bastante incómodos y dependientes les permiten vivir una vida normal y mantener su visión en óptimas condiciones.

 

Prevención de la toxoplasmosis ocular

Si bien esta es una enfermedad que una vez adquirida puede ser bastante grave, por lo general los métodos de prevención suelen dar buenos resultados, ayudando así a las personas que viven en lugares de contagio a no contraer la toxoplasmosis ocular.

 

De esta forma, algunas medidas de prevención que se pueden tomar en cuenta para evitar contraer la enfermedad son las siguientes:

  • Lavar muy bien los alimentos naturales antes de consumirlos, debido a que no se sabe a que bacterias se encontraban expuestas las tierras donde fueron cultivados o las cajas en las que fueron trasladados.
  • Consumir únicamente agua potable, y de ser posible, hervirla antes de ingerirla.
  • Bajo ninguna circunstancia se debe ingerir carne cruda, debido a que esta se encuentra expuesto a infinidades de bacterias. De igual manera, se recomienda cocinar bien la carne antes de comerla, y no dejarla a termino medio.
  • Si se tiene un gato, se debe mantener limpios los lugares en los cuales el se desenvuelve y limpiar sus defecaciones por los menos dos veces al día, debido a que estos animales son los principales agentes de contagio. De igual manera, después de acariciar y tocar al gato o a sus cosas es imperativo lavarse las manos con agua y jabón antes de realizar cualquier otra actividad.toxoplasmosis-ocular17
  • De igual manera a la ahora de tener un gato como animal doméstico, se debe evitar que cace ratones o coma carne cruda porque esto promueve el parásito, y se le debe alimentar solo con comida especial de gatos.
  • Si una mujer está embarazada, debe mantenerse en sus chequeos constantes para que si contrae la enfermedad pueda ser diagnosticada lo más rápido posible y aplicar tratamiento de manera precoz.
  • Ante la presencia de cualquiera de los síntomas que caracterizan esta enfermedad, acudir al médico para confirmar que no se padezca de la misma, o si se padece, para iniciar el tratamiento lo más pronto posible.
  • Acudir a revisiones médicas periódicas para determinar que no hay ningún inconveniente en el organismo, o para realizar un diagnóstico temprano si la toxoplasmosis ocular se presenta de manera asintomática.

 

Si una persona toma todas las medidas mencionadas con anterioridad en consideración, puede reducir el riesgo de padecer esta enfermedad considerablemente, evitando así exponerse a situaciones incómodas y dolorosas que solo le traen consecuencias negativas y perjuicios que se pueden volver permanentes.

Es importante señalar que estas medidas sirven para prevenir la aparición de la enfermedad más no erradican totalmente la probabilidad de que esta suceda, por lo que aún la persona puede padecer de toxoplasmosis ocular, solo que sus probabilidades son bajas. Hasta los momentos no se han creado vacunas que eviten de manera definitiva esta enfermedad, a pesar de que ha sido sumamente investigada.

Distribución geográfica de la toxoplasmosis ocular

Esta es una enfermedad que se encuentra presente en todos los continentes, es decir, alrededor de todo el mundo, y no distingue edad, género, raza ni posición social. Es por esto que todas las personas deben tomar medidas de prevención en contra de esta enfermedad y estar bien atentos, ya que nadie se salva del riesgo de padecer de la misma. Aún así hay sitios donde la prevalencia de la afección es mayor que en otros.

De esta manera, la mayor prevalencia de la enfermedad actualmente se encuentra en América Latina, sobre todo en México y los países de América del Sur, en especial Colombia, Brasil y Perú, por lo que es en estas zonas donde a nivel mundial hay mayor peligro de padecer la enfermedad. Así mismo, según varios estudios realizados, en África la tasa de prevalencia se debe a los inmigrantes que se han alojado en los países de la zona, por lo que este no es un parásito propio de África, sino que los turistas y viajeros lo han ido llevando a ese continente.

 

De esta manera, si se visualiza en datos estadísticos, la prevalencia de la enfermedad en la población a nivel mundial se encuentra en aproximadamente 22%, lo cual varía según la región y el grupo social al cual pertenecen, viéndose por ejemplo en las mujeres embarazadas una prevalencia de 67%, lo cual representa una diferencia bastante signiticativa con respecto a la población mundial.

De igual forma se han visto tasas significativas de esta enfermedad es distintas regiones de Canadá por lo que también es considerado un país con propensión a generar brotes de toxoplasmosis ocular. Otro país que ha presentado una gran cantidad de casos a lo largo de la historia ha sido Cuba, aunque en la actualidad esto ha ido disminuyendo porque se han ido tomando medidas de prevención para mejorar esta situación.

En Europa, esta enfermedad también se encuentra presente y no es raro que una persona padezca de la misma en alguno de los países europeos, sin embargo ellos poco a poco han sabido controlar los brotes de la enfermedad, por lo que no se ven grandes números en estadísticas de personas que padezcan de toxoplasmosis ocular. Además cuando se presenta un caso, por lo general es tratado a tiempo, por lo que no suele ser una enfermedad que represente mayor peligro y por la cual la población europea se ve especialmente preocupada.

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