En el interior del globo ocular ocurren una serie de procesos que afectan a todo el mecanismo del mismo y se relacionan directamente con la visión. Entre estos se encuentra la presión intraocular, la cual es altamente susceptible a variar. En el siguiente artículo se informará todo respecto a la misma.
¿Qué es la presión intraocular?
Dentro del ojo se encuentran una serie de líquidos cuya función consiste en mantener el ojo templado todo el tiempo. Cuando se habla de presión intraocular, también conocida como PIO, se hace referencia a la tensión que generan los líquidos ya mencionados contra la pared intraocular del ojo, Para que esta presión se mantenga en los niveles adecuados es necesario que la producción y eliminación de los líquidos sea constante y equilibrada, de lo contrario se producirán desniveles que dan paso a distintas enfermedades.
La presión intraocular es fundamental para que el ojo no varíe su forma de esfera, y para contar con una visión adecuada, y los principales líquidos encargados de llevar a cabo o que forman parte de esta presión intraocular son el humor acuoso y el humor vítreo. En la parte interna del ojo se encuentra el humor vítreo, el cual suele ser bastante estable y homógeneo, sin generar muchas variaciones.
El humor acuoso es por otro lado, totalmente opuesto al humor vítreo, ya que se encuentra cambiando de manera constante. De igual forma suele ser mucho más relevante en las funciones del ojo, debido a que está formado por una cantidad de proteínas y nutrientes importantes para el ojo, y además se originar a partir de la sangre celular. El humor acuoso se encuentra ubicado en la zona anterior del ojo.
De esta manera, es importante que los cambios que se generan en el humor acuoso se realicen de manera equilibrada, debido a que cuando esto se descontrola, es decir, cuando se producen o se elimina más líquido del que es necesario, la presión intraocular aumenta o disminuye según sea el caso, y esto puede traer una serie de problemas en la visión de la persona que le sucede, como lo son enfermedades tales como el glaucoma y la hipertensión ocular.
Líquidos intraoculares
Existen dos líquidos que se encuentran en la cavidad ocular, los cuales se encargan de llenarla en su totalidad y evitar que las estructuras se muevan de la posición que les corresponde. Estos líquidos son diferentes en composición y tamaño, y son llamados humor acuoso y humor vítreo.
Humor acuoso
Como ya fue mencionado, el humor acuoso es un líquido que cumple papeles fundamentales en el buen funcionamiento del ojo, y además se encuentra relacionado de manera directa con la presión intraocular. Para definirlo, el humor acuoso es un líquido que carece de color el cual tiene como principal función la de proveer de nutrición y oxígeno a las estructuras del ojo que no cuentan con flujo de sangre, tales como lo son la córnea y el cristalino. Se encuentra ubicado en la parte anterior del globo ocular.
Además de proporcionar nutrición y oxígeno, el humor acuoso también cumple con otras funciones en la cavidad ocular, como lo son dar soporte a ciertas estructuras para que estas se mantengan en su lugar ya que ellas por sí mismas no pueden. Otra función que se puede mencionar es la de contribuir en la refracción de la luz que entra en el ojo, cuyo trabajo lo realiza la retina, para evitar que se generen errores de refracción en el ojo.
El humor acuoso se encuentra ubicado en la parte anterior del ojo, más específicamente entre el cristalino y la retina, y en cantidad ocupa el 80% de la parte interna del ojo.
Humor vítreo
El humor vítreo es un líquido con consistencia en forma de gelatina y caracterizado por su transparencia cuya principal función es no permitir que el ojo pierda su forma, y también mantener la retina de manera uniforme, de modo que las imágenes captadas por el ojo sean lo más nítidas posibles.
Este se encuentra dividido en tres partes: la hialoides o membrana hialoidea, el cortex y el vítreo central. Además, esta conformado mayormente por agua, con algunas pequeñas porciones de cloro, sodio, potasio, glucosa, colágeno, proteínas, entre otros.
Este líquido intraocular se encuentra ubicado entre el cristalino y la córnea, y ocupado únicamente un 3% de las proporciones de la cavidad ocular. No obstante, un desequilibrio en su producción eliminación o reabsorción puede causar un desnivel en la presión intraocular del mismo modo que el humor acuoso, generando de esta manera una serie de enfermedades oculares o del ojo que afectan indudablemente la visión.
Causas de la variación de la presión intraocular
La elevación o la disminución de la presión intraocular dependen de varios factores, los cuales dependen del expediente de la persona, es decir, razones hereditarias, ambientales o traumáticas entran dentro de la mismas. De esta manera, el exceso de producción o la falta de líquidos intraoculares pueden tener su origen en diversos lugares, siento el resultado siempre el mismo: una presión intraocular por encima o por debajo de los valores, lo cual genera consecuencias para la visión de la persona que lo padece (ver artículo: enfermedades oculares raras).
Algunas de las causas que pueden ser mencionadas, las cuales generan variación en la presión del globo ocular, son el exceso de actividad física, la reducción de la exposición a situaciones de estrés, la reducción de los niveles de cafeína que ingiere la persona, entre otros. Sin embargo aún no se han delimitado causas específicas por las cuales ocurre, variando estas en cada caso particular que presenta variaciones en la presión intraocular.
Así mismo, la ingesta de ciertos medicamentos puede ser también un reactivo para que la presión ocular aumente o disminuya, entre los cuales los más comunes suelen ser los esteroides en cualquier presentación, pero especialmente en forma de gotas oculares, por lo cual se debe tener cuidado a la hora de utilizar estas medicinas.
Así mismo, otras enfermedades oculares también puede ser las causantes de la variación de la presión ocular, como el arco corneal, el síndrome de dispersión fragmentaria, entre otras, por lo cual es importante tener un control médico estricto sobre cualquier enfermedad ocular para asegurarse que no genere efectos o consecuencias secundarias.
También existe una causa bien importante, la cual se encuentra relacionada específicamente con el aumento de la presión intraocular, y es la llamada estrés oxidativo, la cual se origina cuando disminuye el mecanismo que se encarga de defender al ojo de las respuestas antioxidantes. Esto se puede dar debido a factores como el aumento de la edad, el abuso del tabaco, la contaminación y los malos hábitos alimenticios.
Síntomas de la variación de la presión intraocular
En más de una ocasión se vuelve sumamente difícil determinar algún tipo de irregularidad en la presión intraocular, hasta que esta se convierte en un problema o patología más grave. Por esto es sumamente importante mantener un chequeo regular con el oftalmólogo para verificar que todo esté bien, así como también se debe acudir ante la mínima aparición de un indicio irregular, para descartar posibles enfermedades.
Entre los síntomas que determinan la presencia de la variación de la presión intraocular se encuentran los siguientes:
- Dolores fuertes de cabeza.
- Severos dolores en los ojos.
- Perdida progresiva de la visión de manera bilateral, es decir, en ambos ojos.
- Visión distorsionada o borrosa.
- Enrojecimiento de los ojos.
- Presencia de náuseas y vómitos.
- Cuando el enfermo se encuentra ante luces brillantes, aparecen círculos de arcoiris alrededor de los ojos.
- Desprendimiento de la retina (cuando los síntomas persisten sin tratamiento).
- Inflamación de los ojos.
- Lagrimeo excesivo.
Valores de la presión intraocular
Lo primero que debe ser mencionado es que la presión ocular se mide en milímetros de Mercurio (mmHg), lo cual es una unidad de presión manométrica.
Cuando una persona cuenta con niveles normales en su presión intraocular, se habla de que se encuentra en un valor medio de 16 mmHg, sin embargo la misma puede variar entre los 11 y los 22 mmHg y aún es considerada como un valor normal para la presión intraocular.
Si la misma se encuentra por encima o por debajo de estos valores, es necesario que la persona acuda a una revisión médica para determinar la causa por la cual se origino la variación, e iniciar de inmediato el tratamiento más adecuado para evitar que desemboque en una enfermedad más grave.
Diagnóstico
Una persona por sí sola no puede determinar si posee o no variaciones en la presión intraocular, debido a que en primera instancia esta no presenta síntomas externos al inicio de su desarrollo, y en segundo lugar, se deben utilizar mediciones para determinar los valores de la misma.
El instrumento que se utiliza para medir el nivel o el valor de la presión intraocular es conocido como tonómetro, y se encarga evidentemente de medir los niveles de tensión que ejercen los fluidos intraoculares en el globo ocular. Este se utiliza a través de un examen conocido como prueba de tonometría, que sirve para realizar esto no necesita establecer contacto directo con el ojo, simplemente envia una ráfaga de aire hacia la córnea, la cual mide la resistencia de la misma a perder su forma. Esta prueba es rápida e indolora.
Tratamiento
Existen diversos tipos de tratamientos, de acuerdo al tipo de variación de presión intraocular que presente la persona, es decir, si la misma se encuentra por encima o por debajo de los valores establecidos como normales. De esta manera, se distinguen dos tratamientos: para presión intraocular baja y para presión intraocular alta.
Presión intraocular alta
Cuando es descubierto el aumento de la presión intraocular en sus primeras etapas, los médicos suelen recetar únicamente unas gotas intraoculares que ayudan a reducir la tensión en el globo ocular, acompañadas de citas médicas periódicas que permitan al especialista chequear el progreso de la presión intraocular y los posibles efectos secundarios que generen las gotas recetadas.
Al momento en que la presión se eleva debido a que hay una excesiva producción de líquido intraocular, se recetan medicamentos conocidos como betabloqueadores o betabloqueantes, los cuales ayudan a reducir la producción de estos líquidos y prevenir que este exceso se siga generando en el futuro. Para tratar con este problema también suelen recetarse inhibidores de anhidrasa carbónica, de acuerdo al diagnóstico que realice el médico.
Una vez que el humor acuoso se encuentra en exceso debido a un estancamiento o falta de fluidez del mismo, se recetan colirios miópicos o epinefrina, lo cual suele ser sumamente efectivo para estos casos, dependiendo de que tan alta se encuentre la presión intraocular.
Existen casos en los cuales ninguno de los métodos mencionados anteriormente dan resultado es disminuir los niveles o valores de la presión ocular, por lo que se debe recurrir al tratamiento quirúrgico, el cual consiste en la realización de una cirugía cuyo objetivo es drenar los líquidos que se encuentran en exceso en el ojo. Estas cirugías se pueden realizar con procedimientos láser o mediante un corte en el ojo, y resulta ser bastante efectiva tanto para disminuir la presión intraocular como para evitar sus posibles consecuencias.
Presión intraocular baja
Hasta los momentos no se han encontrado tratamientos efectivos para la presencia de una presión intraocular baja, por lo que cuando una persona es diagnosticada con la presión intraocular por debajo de los niveles normales, se busca la raíz del problema y se aplica tratamiento a esta, para así volver a los valores normales. En algunos casos pueden ser efectivos los tratamientos de la presión intraocular alta, pero todo depende del cuadro clínico específico de la persona.
Complicaciones
La mayor complicación que se puede generar debido a una alteración de los valores de la presión intraocular es la aparición de las enfermedades relacionadas, tales como el glaucoma. Por esto es tan importante utilizar un tratamiento adecuado que regule los valores y evite que las consecuencias sean más graves, así como también se debe mantener el chequeo médico que le permita al proveedor de asistencia médica llevar un control en el progreso de la enfermedad.
En cuanto a los tratamientos que se emplean para estabilizar los valores, todos corren el riesgo de generar efectos secundarios. Las gotas intraoculares y los medicamentos generan en la mayoría de los casos sequedad en el ojo, irritación o enrojecimiento, por lo que se deben utilizar con cuidado y cuidando que los efectos secundarios sean benignos para la persona, de manera que no se generen perjuicios a largo plazo en la visión del paciente.
Así mismo, en aquellas personas que posean antecedentes de otras enfermedades como asma o problemas respiratorios se debe tener especial cuidado, ya que las mismas pueden generar fatiga y respiración entrecortada. De igual manera los pacientes con diabetes deben utilizar estos medicamentos con suma delicadeza, ya que su sistema responde de manera completamente distinta.
Otra complicación que pueden generar los medicamentos es una alteración o disminución en la frecuencia cardíaca, por lo que aquellas personas que sufren de problemas del corazón deben utilizar los medicamentos en la menor cantidad posible, y con el previo análisis y autorización de su médico especialista.
En cuanto a la cirugía para disminuir la presión arterial, suele generar muchos más beneficios que consecuencias, sin embargo, se encuentra expuesto a una serie de riesgos que deben ser tomados en cuenta tanto por el doctor como por el paciente ante de realizar dicho procedimiento, los cuales son los siguientes:
- Hemorragias intraoculares que no suelen ser excesivamente graves.
- Inflamación de la parte interna del ojo, también conocida como uveítis. No suele ser muy preocupante.
- Sensibilidad mayor a la aparición de cataratas, lo cual disminuye la agudeza de la visión.
- Desprendimiento de la coroides.
- Desprendimiento de la retina.
Es importante que la intervención sea realizada siempre y cuando sea estrictamente necesaria y bajo las manos de un médico profesional que cuente con experiencia en el área, de manera que todos los riesgos que fueron mencionados anteriormente sean disminuidos al mínimo y la persona puedan contar con una operación exitosa.
Pronóstico
En la mayoría de los casos las personas suelen tener un pronóstico positivo respecto a los valores de su presión intraocular; en otras palabras, se logra aumentar o disminuir la misma según sea el caso y la persona consigue llegar a sus valores normales.
Sin embargo es necesario que después de la primera anomalía de la presión intraocular se mantengan en un chequeo constante con el médico oftalmólogo, debido a que esto puede significar que la persona es susceptible a contraer otras enfermedades como consecuencia de la variación de la presión.
De esta manera, hay ocasiones en que ni siquiera con la realización del tratamiento quirúrgico la persona logra normalizar sus valores de presión intraocular de manera permanente, por lo que vuelve a sufrir de una alza o una baja de la misma, y es necesario volver a realizar todo el diagnóstico y tratamiento. Cuando esto ocurre es muy importante realizar un análisis profundo a la cavidad ocular para determinar si existe una posible enfermedad subyacente desarrollándose, que pueda traer consecuencias más graves a la visión.
Prevención
Es imposible evitar en su totalidad la aparición de la variación de los niveles de la presión intraocular por encima o por debajo de lo normal. Sin embargo, se cree que hay maneras de mejorar las condiciones de vida de las personas y por ende disminuir de alguna manera los riesgos a sufrir de esta afección, entre las cuales se encuentran las siguientes:
Dieta saludable
Tanto para evitar las irregularidades de la presión intraocular como para cualquier otra enfermedad, es sumamente importante mantener una dieta saludable y balanceada. Esto ayuda a mantener un cuerpo y una mente sana, lo que evita el surgimiento de una gran cantidad de males, especialmente en las personas un poco más avanzadas en edad.
Específicamente para esta situación ocular, se considera que es necesario una dieta altamente rica en vitaminas y antioxidantes, los cuales ayudan mayormente a reducir el riesgo de aparición de estrés oxidativo, lo cual es sumamente importante para mantener una una presión intraocular equilibrada. Algunas de las vitaminas que se deben tomar en cuenta a la hora de comer saludable con la C, la B1, el caroteno o pre-vitamina A, el licopeno, la luteína y la zeaxantina.
De igual manera, se recomienda moderar lo más posible el consumo de carbohidratos, alimentos procesados de manera excesiva, harinas de todo tipo (en especial las refinadas) y las comidas precocinadas, debido a que este tipo de alimentos aportan de manera casi nula nutrientes y vitaminas al organismo.
Si una persona logra mantener una dieta balanceada durante toda su vida, y en especial si la inicia desde una temprana edad, puede lograr mejoras notables en la prevención de las irregularidades de la presión intraocular. Por esto es tan importante alimentar a los niños de manera adecuada y así mismo inculcarle buenos hábitos alimenticios que mantengan consigo al crecer y volverse independientes.
También es importante comer alimentos ricos en ácidos grasos omega 3, como el pescado y el aceite de krill y biflavonoides, los cuales se pueden encontrar en bayas y moras. Estos dos componentes no están directamente relacionados con la presión intraocular pero si con el fortalecimiento de las estructuras y funcionalidades ópticas, generando así mayores probabilidades de prevenir cualquier tipo de enfermedades oculares.
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Ejercicio
Si bien una dieta saludable es importante, no es suficiente por sí sola si la persona no cuida de su cuerpo. Es de suma importancia mantenerse activos a cualquier edad y realizar algún tipo de actividad física que permita a los músculos estirarse y trabajar y a la sangre fluir de manera adecuada alrededor de todo el cuerpo. Además de contribuir de manera física a las personas, el ejercicio también ayuda en muchas maneras a la salud mental de individuo, por lo que nunca está de más realizar actividad física.
De igual manera, hacer ejercicio ayuda a la persona a mantener su peso corporal balanceado y acorde a su edad y estatura, lo cual evita también muchas enfermedades que pueden desembocar en irregularidades de la presión intraocular.
Enfermedades relacionadas
Son varias las enfermedades que se encuentran relacionadas con este padecimiento, siendo la gran mayoría consecuencia de la presencia de irregularidades en la presión intraocular. Algunas de las que se pueden mencionar son las siguientes:
Glaucoma
Si bien la principal causa del glaucoma son niveles anormales de la presión intraocular, esta no es la única. Por esto, el glaucoma es conocido con una enfermedad que se origina debido a la combinación de una serie de factores o situaciones y que genera daños que pueden ser permanentes en el nervio óptico, el cual se encarga de transporta la información del sentido de la vista hasta el cerebro.
Por lo general la persona que sufre de glaucoma no presenta de síntomas en la fase inicial de la enfermedad, por lo que diagnosticarla se vuelve sumamente complicado. Una persona que es propensa a tener niveles altos de presión intraocular debería contar con un control médico constante y una serie de indicaciones y tratamientos cuyo objetivo sea el de prevenir la aparición de esta enfermedad, debido a que si aparece y no es tratada de la manera debida puede genera problemas en la visión y hasta ceguera total.
El glaucoma se encuentra entre las enfermedades de la vista más comunes, por lo cual una gran cantidad de la población se ve expuesta a sufrir de la misma. Lo importante para evitarlo es tomar las medidas de prevención adecuadas ante el aumento de la presión arterial y estar al día con los chequeos médicos, de manera que si el riesgo de aparición se vuelve muy alto, sea posible detectarlo a tiempo y mitigar sus consecuencias.
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Hipertensión ocular
La hipertensión ocular se genera cuando una persona presenta la tensión ocular por encima de los niveles o valores normales durante más de dos veces seguidas. Se podría decir que esta es la enfermedad que antecede al glaucoma, aunque no en todos los casos es así. De igual manera, al igual que en todas las enfermedades relacionadas con la presión ocular, los síntomas son prácticamente nulos, por lo que la única manera de detectar la aparición de la misma es mediante la realización de un examen ocular.
Cuando una persona es diagnosticada con hipertensión ocular, debe mantener cuidados muchos más estrictos sobre su vista, debido a que eso puede generar otras enfermedades muchos más graves, como la ya mencionada glaucoma, cuyas consecuencias pueden inclusive ser ceguera parcial o total, dependiendo del caso.
Esta enfermedad es sumamente común que aparezca en la población en general, pero tiene mayores probabilidades a medida que la persona avanza en edad, por lo que es necesario que un individuo cuando envejece cuente con mejores cuidados sobre sí mismo y sea constante con sus consultas médicas.
Por sí sola la hipertensión ocular no suele generar mayores consecuencias, por lo que si es tratada a tiempo la persona solo debe preocuparse por una reincidencia. El problema se da cuando esta se agrava y desemboca en enfermedades peores, que en algunos casos no cuentan con soluciones definitivas.