La nariz es una estructura del cuerpo humano que es bastante sensible a sufrir de enfermedades. Entre las afecciones a las cuales se puede encontrar expuesta es la rinitis hipertrófica, sobre la cual se especificará todo en el siguiente artículo.
¿Qué es la rinitis hipertrófica?
Primeramente es necesario mencionar que la rinitis es una enfermedad de la nariz en la cual las mucosas nasales se inflaman completamente, debido a una gran variedad de causas. Esto es una afección que le puede suceder a cualquier persona sin discriminar raza, sexo ni género, sin embargo hay personas que son más susceptibles a padecer rinitis que otras, por lo que esta enfermedad se presenta durante muchas veces a lo largo de toda su vida (ver artículo: causas de la rinitis)
La rinitis es una enfermedad que además se puede clasificar de distintas maneras, y el criterio de clasificación que se utiliza es la etiología de la afección, es decir, las causas por las cuales se produce. De esta manera, se puede observar que existe la rinitis alérgica, rinitis seca, rinitis crónica, rinitis aguda, y por supuesto, rinitis hipertrófica, entre muchos otros tipos. A pesar de tener distintas causas, los síntomas de la rinitis siempre son los mismos en todos los casos, por lo que no suele ser tan fácil diferenciarlas entre sí.
Cuando se habla de rinitis hipertrófica, se hace referencia a la inflamación de las mucosas nasales que se produce debido a la mucosa nasal o la nariz en general fue víctima de alguna infección que la condujo a ese estado. Por lo general este tipo de rinitis suele ser prolongada, es decir, dura un período considerable de tiempo, y se le conoce como hipertrófica debido a que si no es tratada de la manera debida puede llegar a generar una atrofia permanente en la mucosa nasal.
Síntomas
Los síntomas que presenta la rinitis hipertrófica, como ya fue mencionado, son los mismos que se encuentran en todos los otros tipos de rinitis, sin embargo, en este tipo de rinitis se suelen ver mucho más marcados, es decir, son el doble de fuertes que en otros tipos, por lo que la persona suele tener mayores molestias. Esto se debe a que la enfermedad es causada por una infección, la cual debilita de manera considerable tanto las mucosas nasales como el resto de la nariz, y la coloca en una situación mucho más delicada de tratar.
Tomando en cuenta lo mencionado anteriormente, algunos de los síntomas que se encuentran presentes con la rinitis hipertrófica son los siguientes:
- Obstrucción nasal completa, lo cual ocasiona dificultades para respirar.
- Fuerte picor en la nariz.
- Picazón en el paladar, la garganta y los ojos, de manera simultánea.
- Presencia de ojos llorosos o lagrimeo incontrolado.
- Dolor de cabeza fuerte, también conocido como migraña.
- Agüilla en la nariz, o coloquialmente mencionado como moqueo, de manera constante.
- Tos fuerte acompañada de jadeos.
- Estornudos constantes.
- Irritabilidad emocional y pérdida del apetito.
- Presencia de conjuntivitis (en algunos casos, no es el común denominador).
Al presentarse síntomas muchos más fuertes que en los otros tipos de rinitis, las personas son capaces en cierta medida de identificar que tipo de rinitis padecen, incluso antes de acudir al médico para que les realice el diagnóstico necesario. Ante la presencia de esta afección es necesario asistir a una consulta con el proveedor de atención médica lo antes posible para que pueda diagnosticar y tratar la enfermedad, debido a que la misma puede traer consecuencias graves e irreparables.
Tratamiento
Por lo general, cuando una persona presenta rinitis hipertrófica, los médicos rechazan rotundamente la aplicación de tratamiento farmacológico, debido a que los individuos que padecen de la misma no responden bien a este tipo de tratamientos. En los casos que se han visto que se aplica vasoconstrictores el paciente ha respondido de mala manera, empeorando su condición médica, por lo que ya este tipo de tratamientos no suelen ser utilizados.
Los mismos doctores especialistas recomiendan la utilización de medicamentos o tratamientos naturales, tales como masajes en la mucosa o infusiones de limón, de plátano o de manzanilla. Estos tratamientos suelen ser bastantes efectivos por sí mismos, y no requieren en una gran cantidad de casos la intervención adicional de químicos ni instrumentos médicos.
En dado caso de que los remedios naturales no funcionen, el médico puede recurrir a tratamientos médicos que no incluyan farmacología, como lo son la electroterapia de alta frecuencia o la intervención quirúgica de distintos tipos. Sin embargo debe tomar en cuenta las ventajas y desventajas de realizar estos procedimientos y validar si verdaderamente son los más convenientes para el paciente.