Los ojos son órganos del cuerpo altamente sensibles a generar una gran cantidad de enfermedades. Entre ellas se encuentran la conocida como membrana epirretiniana, que si bien no son comunes en jóvenes, a medida que los individuos van avanzando en edad corren más riesgos de desarrollar esta afección.
¿Qué es la membrana epirretiniana?
Cuando se habla de membrana epirretiniana, se hace referencia al aumento de una fibra celular o de un tejido en la parte superficial de la retina, más específicamente en el área de la mácula. La consecuencia que genera la aparición de esta membrana es el surgimiento de pliegues o arrugas en la mácula de la retina, lo que causa que esta estructura pierda total o parcialmente su forma, generando a su vez problemas en la visión de la persona que padece la enfermedad.
Esta es una afección que se desarrolla ya en la madurez de los individuos, por lo que las personas que tienen mayores riesgos de contraer la enfermedad son los adultos, no los individuos jóvenes. Según las estadísticas, las personas mayores de 50 años tienen 2% de probabilidades de contraer la enfermedad, y una vez que superan los 75 años este número aumenta a 20%.
Esto no significa que los jóvenes no puedan contraer la enfermedad, simplemente cuentan con menos probabilidades de que esto ocurra. Sin embargo siempre deben estar atentos, debido a que alguna lesión en el área ocular u otra enfermedad relacionada con la vista, como por ejemplo miopía, astigmatismo, etc, puede causar la aparición de una membrana. (ver artículo: enfermedades de la vista más comunes)
La mácula y la retina
La retina es un tejido o estructura que se encuentra ubicado en la parte interior y posterior del ojo. Esta membrana tiene un papel fundamental en las funciones que cumple el globo ocular, ya que es la encargada de recibir las ondas de luz o señales que envían las distintas imágenes que se encuentran alrededor del individuo, y de esta manera enviarlas al cerebro a través del nervio óptico, no sin antes convertirlas en impulsos nerviosos o eléctricos, ya que en esta forma es que el cerebro logra procesar la información e interpretar el mundo mediante la visión.
A pesar de ser una estructura bastante delgada y pequeña, la retina se encuentra dividida en varias partes, las cuales son:
- Disco óptico: también conocido como Papila. Se encuentra ubicado en la parte trasera del globo ocular. Es un disco de pequeñas dimensiones en el cual se halla el punto de encuentro entre el nervio óptico y el ojo, es decir, en este lugar se da la conexión de estas dos estructuras, gracias a las cuales se envían las imágenes al cerebro.
- Fóvea: esta parte se encuentra ubicada a aproximadamente 17 grados del disco óptico, y su principal característica es que dentro de esta no se encuentran bastones, únicamente se pueden apreciar conos. Su principal función es agudizar la vista, especialmente dando la mayor nitidez posible a los colores proyectados en los ojos.
- Ora serrata: es la parte que se encuentra ubicada en la parte fronteriza o limitante de la retina. Gracias a esta la retina puede entrar en contacto con otra estructura del ojo, el cuerpo ciliar.
Además de dividirse en partes, la retina también puede dividirse en zonas o áreas, en donde se encuentran:
- Área central: también es conocida como mácula lútea. Esta zona posee una gran cantidad de conos y bastones, por lo que cumple un papel más importante en la recepción de imágenes. Se ubica bordeando a la fóvea.
- Área periférica: en ella se encuentran una menor cantidad de conos y bastones, por lo que sus funciones no son consideradas tan importantes como las del área central.
La mácula
Como ya fue mencionado, la mácula ocular o mácula lútea, es una de las partes más importantes de la retina. Esto se debe a que gracias a ella es posible realizar la distinciones entre los diferentes objetos que se presentan ante la visión; es decir, el buen cumplimiento de la función de la mácula le permite al individuo contar con una visión clara, detallada y colorida. De igual manera permite percibir el movimiento, por lo que se puede decir que es una pieza crítica en el desenvolvimiento de una buena visión.
A pesar de ser la estructura más importante de la retina, cuenta con únicamente un 5% de extensión de la retina, siendo el restante para la visión periférica. En apariencia se parece a una pequeña mancha de color amarillo, y se le reconoce precisamente por esta característica.
La retina, y todas las partes y estructuras que la componen en general, es bastante delicada y sensible, por lo cual se podría decir que es bastante susceptible a contraer diversos tipos de enfermedades, en especial cuando el ojo es maltratado de manera continua, sea de la forma que sea. Algunas enfermedades relacionadas con la retina, aparte de la membrana epirretinian pueden ser: desprendimiento de la retina, cuerpos flotantes, agujero macular, enfermedad diabética del ojo, retinoblastoma, retinosis pigmentaria, entre muchas otras.
Debido a la importancia que tiene la retina en el buen cumplimiento de las funciones del ojo, se debe procurar cuidarla y mantenerla en perfectas condiciones, ya que un agravio a la misma puede generar consecuencias bastante graves para la visión de la persona.
Clasificación de la Membrana Epirretiniana
Hasta los momentos, existen solamente dos maneras de clasificar a las personas que padecen de membrana epirretiniana; el criterio para realizar la clasificación de la primera distinción está basado en la causa del surgimiento de la misma. Se puede decir entonces que se clasifican de acuerdo a la fase diagnóstica en la que encuentre el paciente; es decir, la división se da de acuerdo a cuando se encuentra en sus etapas iniciales y cuando ya se le realizaron más evaluaciones y la causa de la enfermedad fue descubierta.
Según esto, la enfermedad se puede dividir en membrana epirretiniana idiopática, donde la causa del desarrollo de la enfermedad no se puede identificar con certeza, lo cual se debe en su mayoría a que aún no se han realizado los exámenes médicos en su totalidad o no se ha completado el diagnóstico; y membrana epirretiniana secundaria, donde la causa si se encuentra claramente identificada, y generalmente se atribuye a situaciones como cirugías oculares, desgarros o desprendimientos de la retina, inflamación del globo ocular, entre otros.
La segunda distinción se realiza en base a la manera en que la membrana actúa sobre la retina, y aquí se encuentran 3 clasificaciones:
- Grado 0: es cuando los vasos sanguíneos contiguos no se ven afectados ni oscurecidos, por lo que no se produce alteración alguna en la retina, y la membrana permanece parcialmente transparente.
- Grado 1: en este caso los vasos sanguíneos contiguos aún son observables, pero la membrana si altera la retina.
- Grado 2: cuando llega a este punto los vasos sanguíneos contiguos se oscurecen completamente, y alteran o distorsionan la retina. Una membrana epirretiniana de grado 2 se caracteriza por tener una apariencia de color blanco opaco.
Causas de la Membrana Epirretiniana
No existe una única causa por la cual surge esta enfermedad. Esto quiere decir que ninguna persona se encuentra predipuesta a la misma, y depende de muchos factores el que un individuo desarrolle esta afección. De este modo, una persona que se encuentre completamente sana puede ser víctima de la enfermedad, y cuando esto sucede la mayoría de los casos se deben a que el gel vítreo (sustancia o líquido con consistencia gelatinosa que se ubica entre la retina y el cristalino) se separa de su lugar habitual, producto de la vejez.
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Además de esto, existen situaciones o fenómenos ante los cuales las personas se vuelven más susceptibles a desarrollar la membrana epirretiniana. Entre estas se puede mencionar:
- Realización de cirugías intraoculares que afecten de algún modo a la mácula o la retina en general.
- Enfermedades oculares de carácter inflamatorio o degenerativo.
- Infecciones en los ojos.
- Traumatismos en la zona ocular.
- Tumores oculares.
Así, cuando la mácula se ve perjudicada, se acumulan encima de ellas una serie de células que producen colágeno, el cual se desarrolla en forma de red. Debido a esta red que se une a la retina es que se forman las arrugas en la mácula, generando así la membrana epirretiniana
Riesgos
Debido a que hay situaciones que efectivamente pueden inducir a la formación de una membrana epirretiniana, las personas deben tener sumo cuidado con la zona ocular, para así evitarse mayores perjuicios. La principal causa de riesgo es la edad, la cual es inevitable, sin embargo es importante que la persona se cuide para así disminuir las probabilidades.
En cuanto a las demás situaciones causantes de la enfermedad, es importante que aquellos pacientes que han sido sometidos a cirugías intraoculares o que han sufrido de inflamaciones, traumatismos e inclusive una membrana epirretiniana en su otro ojo se cuiden de manera mucho más consciente, ya que son más propensos a contraer esta enfermedad.
De igual forma existen sospechas en la comunidad médica en las cuales se cree que aquellos individuos que sufran de diabetes, hipercolesterol o tengan adicción al tabaco se encuentran en mayor peligro de sufrir de esta enfermedad, sin embargo estas suposiciones aún no han sido comprobadas.
Síntomas de la Membrana Epirretiniana
Los síntomas que presentan los pacientes que padecen de esta enfermedad varían de manera considerable, llegando incluso a encontrarse casos en los que la persona no presenta ningún síntoma. Sin embargo en la mayoría de los casos estos se presentan de manera gradual, aumentando en estado de leve a severo, y son los siguientes:
- Problemas en la percepción de los colores.
- Presencia de líneas rectas u onduladas en la visión.
- Distorsión de las imágenes.
- Dificultades en la lectura, debido a que los números y las letras se movilizan de la línea en la que van ubicados.
- Pérdida gradual de la visión central, sin afectar la visión periférica.
- Tendencia a cerrar un ojo para contar con una visión normal, ya que es usual que la membrana epirretiniana aparezca en un solo ojo.
Es importante que cuando una persona sienta algo inusual en su visión acuda inmediatamente a la revisión del médico especialista, ya que si cuenta con una enfermedad de este estilo es más factible curarla en sus primeras etapas de desarrollo.
Diagnóstico
Una vez que la persona acude al oftalmólogo u otro médico especialista y existe la sospecha de que la persona tenga una membrana epirretiniana, primero se debe realizar una exploración oftalmológica para evaluar la causa por la cual se generó la membrana, y de este modo atacar la enfermedad o el fenómeno de raíz.
Examen de fondo ocular
Luego de conocer la causa del surgmiento de la membrana, se procede a realizar un examen de fondo ocular, gracias al cual el doctor puede corroborar que tan avanzada se encuentra la membrana, es decir, en que grado se puede clasificar.
Este examen consiste en visualizar la parte trasera e interna del ojo atravesando la pupila, con el objetivo de visualizar todas las estructuras y componentes del ojo, de manera que se pueda registrar cualquier anormalidad que este presente. Para realizar este examen se cuenta con varios procedimientos, entre los cuales se puede mencionar:
- Oftalmoscopia directa o indirecta.
- Retinografía.
- Biomicroscopia.
Tomografía de Coherencia Óptica (OCT por sus siglas en inglés)
Una vez que se ha realizado el examen de fondo ocular, se procede a realizar una evaluación más completa que permita culminar el diagnóstico para proceder al tratamiento, y para esto se utiliza la tomografía de coherencia óptica. Esta técnica permite obtener imágenes tomográficas de alta calidad, sin invadir ni perjudicar de ningún modo la estructura ocular.
Para la realización del mismo se utilizan una serie de rayos o longitudes de luz que actúan de manera directa sobre el tejido del ojo, penetrando hasta la parte más profunda. Los rayos son divididos en dos, y mediante la mezcla de las imágenes producto de esta división es posible obtener un panorama bastante completo respecto a la zona ocular en su totalidad.
Una de las grandes ventajas que posee este examen es que se puede monitorear el crecimiento o desarrollo de la membrana cuantas veces sea necesaria, ya que el procedimiento no tiene mayores complicaciones y no es necesario intervenir quirúrgicamente para visualizar la parte posterior del globo ocular.
Una vez realizados estos dos exámenes, ya se cuenta con información suficiente como para asignar a la persona el tratamiento adecuado de acuerdo a su caso particular. Sin embargo, en algunos casos es necesaria la realización de más exámenes para corroborar ciertos aspectos relacionados con la membrana y el estado del globo ocular en general, por lo cual los doctores también puede acudir a la utilización de retinografías, autofluorescencias o angiografías fluoresceínica.
Gracias a esto, es posible descartar que hayan otras enfermedades involucradas en el caso, y a su vez se puede realizar un diagnóstico aún más completo para aplicar el tratamiento más adecuado y eficiente.
Tratamiento
El tipo de tratamiento que requiera la persona que padece de esta enfermedad dependerá en gran medida del avance de la misma, es decir, que tan avanzada se encuentre la membrana en la retina y cuales son las consecuencias que le ha generado, o le pueda generar, al individuo.
Tratamiento no quirúrgico
Si las membranas epirretinianas son detectadas a tiempo, cuando aún se encuentran en su etapa inicial, no es necesario incurrir en cirugía. En estos casos se suele estabilizar el estado de la membrana y vigilar periódicamente mediante consultas y visitas constantes al médico, para así ser capaces de controlar y detener su progreso.
Tratamiento quirúrgico
Cuando ya se vuelve necesario atacar directamente a la membrana, el método más recomendado es la vitrectomía, la cual es un procedimiento quirúrgico que consiste en la realización de un pequeño corte para extirpar la membrana y de esta manera permitir a la mácula recuperar su forma original. Luego de que la cirugía es realizada, la visión del paciente va mejorando gradualmente en los meses posteriores; no la recupera totalmente, pero si obtiene una corrección considerable en la misma.
La cirugía suele realizarse de manera ambulatoria y colocando anestesia únicamente en el área del globo ocular, por lo que luego de la realización de la misma el paciente puede irse directamente a su casa, y no requiere de mayores complicaciones. Sin embargo es necesario que sea realizada por un experto, ya que un médico que no sepa realizar este tipo de operaciones puede ocasionar un daño permanente e irreparable en la vista del paciente.
La principal causa por la cual se recurre a la cirugía es debido a la pérdida de visión que experimenta el paciente de manera progresiva. Una vez que la persona empieza a experimentar este síntoma el médico especialista debe tomar en consideración la realización de la operación, ya que es la única manera en que la persona puede concebir esperanzas de mejorar la vista.
Antes de realizar la operación el médico debe asegurarse que las condiciones para realizarla son óptimas para contar con las mayores probabilidades de éxito, y que la persona se encuentra en perfecto estado, es decir, que la realización de la operación no le perjudicara ni le afectara en ningún órgano del cuerpo. Para esto se realiza primero un estudiar ocular completo, el cual se basa en la realización de:
- Chequeo completo de la visión, incluyendo refracción y revisión de la pupila.
- Dilatación de la pupila para ejecutar una biomicroscopia, que permite revisar el estado de la córnea y las partes traseras del globo ocular, así como también permite chequear si hay o no inflamación en el ojo.
- Toma de la presión arterial del ojo con una tonometría.
- Establecimiento del grado de la membrana epirretiniana y determinación de inflamaciones vítreas o patologías en la mácula, con la realización de un examen ocular.
- Confirmación del diagnóstico mediante otra tomografía de coherencia óptica.
- Descarte de otras enfermedades relacionadas con la retina mediante la utilización de una angiografía con fluoresceína.
- Revisión del endotelio de la córnea, con un recuento de células endoteliales o con el empleo de una lámpara de hendidura.
Además es importante que el médico compruebe que otro tipo de enfermedades posee la persona, como por ejemplo diabetes, hipertensión, alergias, entre otras, ya que este tipo de información es de suma importancia a la hora de realizar un procedimiento quirúgico. Una vez el individuo cuente con todos los exámenes en regla y el doctor haya verificado que todo se encuentra en perfectas condiciones, se puede proceder a realizar la operación.
Complicaciones
Las complicaciones que puede generar esta enfermedad se encuentran más que todo relacionadas a las consecuencias post-operatorias de la realización de la vitrectomía. Algunos casos fatalistas que pueden suceder es una mala realización de la operación, lo que podría generar la pérdida total de la vista de la persona; la adquisición de una infección en el ojo o el desprendimiento total de la retina, sin embargo las probabilidades de que esto ocurra son bastante escasas.
Un escenario que si puede ocurrir es que luego de la intervención quirúrgica, la persona desarrolle cataratas en el ojo operado, por lo que se debe ver expuesto a otro tratamiento totalmente distinto para tratar esta nueva afección.
Pronóstico
La gran mayoría de las personas que padecen esta enfermedad logran curarse, todo es cuestión de detectar a tiempo la aparición de la membrana y realizarle el control adecuado para evitar su proliferación, o si es el caso, realizar la operación de manera cuidadosa y meditada para no dar cabida a errores. Son muy pocos los casos en los cuales la persona pierde la vista debido a la aparición de una membrana epirretiniana, y cuando esto sucede es más que todo debido a la negligencia médica o a la combinación de la membrana con otras enfermedades mucho más graves.
Por esto es tan importante contar con un médico de confianza y experto en su área, especialmente para el área ocular que es tan delicada y puede ser perjudicada de manera muy sencilla. En segundo lugar se enfatiza la importancia de realizar todas las evaluaciones y exámenes pre-operatorios, de manera que el médico cuente con un panorama completo del caso que tiene en sus manos y pueda actuar de la manera más prudente y certera posible.
Seguimiento
Como ya fue mencionado, aquellos pacientes cuyos síntomas no requieren de la aplicación de la cirugía de vitrectomía deben acudir a un chequeo constante para monitear y controlar el progreso de la o las membranas epirretinianas que tenga presente en el globo ocular. Sin embargo, aquellos pacientes que si fueron sometidos al tratamiento quirúrgico también se ven obligados a acudir a estos controles médicos, debido a que se debe monitorear que no surja ninguna otra membrana.
Por lo general se le recomienda a los pacientes que acudan cada 6 meses a su cita médica con el oftalmólogo o médico especialista a cargo de su caso, sin embargo este tiempo varía de manera individual dependiendo de varios factores que giran en torno a la persona. Durante estos encuentros médicos se realizará una evaluación para chequear si la vista de la persona ha mejorado o empeorado, además de una tomografía de coherencia óptica para verificar el estado del globo ocular en su totalidad.
Si el paciente acude regularmente a sus citas y es responsable en el seguimiento de instrucciones que le impone su médico no debería verse altamente preocupado por la reincidencia en la enfermedad; o en el caso de aquellos cuya membrana no fue operada, no se deberían ver intranquilos o nerviosos por la progresión de la enfermedad.
Prevención
El principal factor de riesgo para el desarrollo esta enfermedad es la edad, y ante ella no hay mucho de lo cual se pueda prevenir para evitarla. Sin embargo nunca está de más que la persona no se descuide, es decir, que asista regularmente a sus chequeos médicos, coma de manera balanceada y saludable, realice ejercicio de manera constante y acorde a su edad y se mantenga en niveles de bajo estrés, sobre todo a medida que va avanzando en edad.
Una persona que se cuida a sí misma tiene más probabilidades de envejecer sin mayores complicaciones que aquellos quienes nos les importa sus condiciones físicas, tanto internas como externas, y mucho menos su salud mental. Inclusive quienes se mantienen en forma viven más, por ello la mejor recomendación que se puede establecer es la de no abandonar el estado del cuerpo a la suerte.
Otra manera eficaz de prevenir el desarrollo de la enfermedad es la detección temprana de la misma. Si a una persona que tiene indicios de desarrollo de una membrana epirretiniana se le localiza en las fases tempranas de la enfermedad, es posible frenar su progreso en ese estadio, sin generar mayores complicaciones en la vida de la persona.
También es importante que la persona se cuide de manera consciente toda el área ocular, ya que las inflamaciones, infecciones y traumatismos también son causantes de membranas epirretinianas. Es por esto que la persona debe evitar en la medida de lo posible que sus ojos entre en contactos con sustancias tóxicas, así como también golpes severos que puedan derivar en consecuencias más graves para la salud del individuo.
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Hola mi niña de 10 años tuvo inflamación del nervio óptico lo que ocasiono un desprendimiento de retina seroso, esto trajo como consecuencia que le apareciera según el médico una fibrosis, que tiene adherida a su retina. Mi pregunta es si se puede quitar sin dañar la retina.